29 abr 2012


Análisis del título: Deseos

El título es lo primero que se conoce de un libro, de un disco o de una película y su función es atraer al público. Centrándonos en la literatura, si no nos impacta desde un primer momento, es probable que no queramos ni mirar el resumen de la historia, ya que el título no es una síntesis, es un indicativo, y promete algo al lector. Con él nuestra imaginación vuela y, por eso, a veces nos llevamos una decepción porque la obra no ha cumplido las expectativas que nos habíamos hecho solamente con el título. Para hacernos una idea de las dificultades que tienen los autores a la hora de titular sus libros, pondremos como ejemplo la novela de Margaret Mitchell, Lo que el viento se llevó. Trabajó diez años en ella y pensaba titularlo con el nombre con que iba a llamar originalmente a la heroína y que hoy conocemos como Scarlett O’Hara, Pansy. Cuando faltaban menos de seis meses para su edición, le puso Mañana es otro día, pero lo descartó al saber que había dieciséis libros que empezaban por la palabra “Mañana”. Finalmente, recurriendo a un párrafo del propio libro, lo nombró con dicha frase basada en un poema romántico de Ernest Dowson, Lo que el viento se llevó.

Por su lado, Marina Mayoral cuenta cómo escuchó la siguiente frase en boca de una mujer en el Aeropuerto de Barajas (Madrid) y nació el personaje de Constanza: «Tú eres lo único que de verdad he deseado en la vida». A partir de esta construyó todos los personajes que van apareciendo alrededor de Constanza, quien podría ser considerada la protagonista, y que tienen como nexo de unión el desear algo profundamente. Asimismo, admite que el título de su obra se parece mucho a Deseo  de Elfriede Jelinek y añade que hay un libro de poesía mexicana llamado del mismo modo. Se planteó cambiarle el nombre pero no quiso «porque los deseos son el lazo de unión de los personajes». Estos deseos son el motor que mueve a los personajes y, al mismo tiempo, tejen y destejen la realidad como si los estuviera cosiendo Penélope. Son el hilo conductor de toda la novela y son varios deseos: eróticos, de maternidad, de gloria literaria, de libertad… Son deseos ocultos, prohibidos, complicados o imposibles de realizar: algunos están insatisfechos; otros, aún por cumplir. En opinión de nuestra autora, sin embargo, lo peor es no atreverse a enfrentarse a ellos.

A continuación, veremos uno a uno todos los deseos de los personajes de la novela excepto los de Georgina, Ana Luz y Benilde porque no se mencionan.

Dictino está casado con Amalia y es el padre de Blanquita. Sin embargo, lo que siempre ha deseado es que llegara una mujer maravillosa y se le echase en los brazos, aunque después se fuera. «Lo que yo deseo no es una puta cara, alguien a quien pagarle para que se deje hacer. Lo que yo deseo es un milagro, un sueño, y “los sueños, sueños son”». Esto se lo cuenta a Constanza, a quien le acaba confesando que ya ha encontrado esa mujer y que es «preciosa… y pelirroja». Diciéndole esto da a entender que esa mujer era ella.

Consuelo está casada con Juanma, con el hombre de sus sueños y de quién estuvo enamorada desde la universidad. Él estaba con otra y ella deseaba con todas sus fuerzas que le pasara algo malo para que ella lo abandonara. De esta manera, ella podría estar con él y cuidarlo. Su relación no acaba como ella esperaba, y piensa que hubiera sido mejor que se hubiera olvidado de él y, así, encontrar a alguien que realmente la quisiera.

Blanquita es hija de Dictino y de Amalia. Desde que nació tuvo marcados los pasos que tenía que seguir: al ponerle el mismo nombre que su madrina, la farmacéutica del pueblo, su madre tuvo claro que su hija se tenía que parecer a ella. No obstante, cuando conoció a Helena, la amiga de Blanca, es capaz de ver que el pueblo la ahoga, y la asfixia aún más cuando «cinco años después murió Blanca y cayó sobre ti la responsabilidad de ser su sucesora».

Amalia está casada con Dictino y es la madre de Blanquita. Sin embargo, ella siempre había soñado con una escuela en una aldea perdida en las montañas, y allí tener un hijo de «Moráis, el escultor. Te dejarías arrancar la piel antes que confesarlo, Moráis era el hombre que aparecía en tus fantasías eróticas desde que tuviste uso de razón.»

Miguel es homosexual y desde pequeño ha tenido una vida complicada: su padre no lo aceptaba, es más, lo insultaba y lo pegaba. Su madre intentaba defenderlo y recibía ella los golpes; hasta que un día se cansó y supuestamente mató a su marido. Además, los fascistas del Club de los Machos lo golpearon y violaron. Por eso, su único deseo es que encierren al grupo que le hizo aquello.

Etelvina de Silva recopila las memorias de Blanca y redacta la historia de La Braña. Quiere ser una gran escritora y se compara con Emilia Pardo Bazán, quien se levantaba siempre a las seis de la mañana para escribir, pero ella no consigue hacerlo. El deseo que tiene ella es escribir para dejar huella de su paso por el mundo; quiere que la recuerden cuando ya no esté y que, con ella, recuerden también a los que han vivido con ella. En definitiva, busca la Inmortalidad en la Literatura.

Héctor Monterroso es hijo de Hermes y nieto de don Pedro. Igual que su padre y su abuelo, tiene un affaire con Constanza: su abuelo fue el esposo de ella pero su padre nunca la quiso. Para Héctor, Constanza no es ningún pasatiempo, aunque ella se empeñe en creer que es solo un capricho porque le dobla la edad. Él la quiere y pretende casarse con ella, ya que ella es la mujer que él desea sobre todas las cosas.

Inés es amiga de Blanquita. Está enamorada de Edelmiro, el camionero que encontró a la chica violada y a su hermana, y el portador del vino de Oporto de doña Constanza. Lo que siente por él va más allá de lo físico, aunque su amiga no lo quiera creer: se acalora cuando habla de él, le gusta abrazarlo, sentir sus brazos rodeándola y pensar que les queda una vida por delante. Se casarán y vivirán juntos en la casa que Edelmiro está construyendo.

Constanza es hija de una madame y esposa del marqués Monterroso, Pedro Monterroso, que la sacó de la calle porque se enamoró de ella. Él le doblaba la edad pero le dio igual porque fue el primero que lo miró con deseo y también con admiración. Ella lo quiso todo lo que podía querer a un hombre que no fuera Hermes. El marqués lo sabía, ella nunca le escondió nada, igual que sabía que el hijo que tuvo era de Hermes. Hermes fue el hombre más importante de su vida y cuando va al cementerio a verlo le recuerda: «Tú has sido lo que más he deseado en la vida. Fíjate que no digo “el hombre que más he deseado”. Digo: lo que más, lo único que de verdad he deseado. El dinero, el poder, el respeto, los otros hombres…, nada ha sido comparable para mí al deseo de tenerte, de que me quisieras, de compartir contigo la vida». Finalmente, decide continuar con su vida aceptando ser la mujer de Héctor.

Para concluir, comentaremos si los deseos de los personajes se han cumplido o no. Además, se matizará si los cumplidos han sido lo que ellos esperaban en su totalidad y el por qué no se han realizado los otros.

Dictino consigue realizar su deseo: mantener una relación sexual con Constanza y, a partir de ese día, es más activo, sexualmente hablando, con su mujer Amalia.

Consuelo deseaba con todas sus fuerzas compartir la vida y ser feliz con Juanma. Después del accidente, él no quería ninguna compasión y menos de aquellos amigos que se alejaron. Así que dejó que Consuelo lo cuidara hasta que un día le empezó a sentar mal todo lo que ella hacía o decía. Ella se fue cansando y alejando de él, hasta tal punto que le dejó las pastillas en su mesita. De este modo, podemos decir que el príncipe que ella tanto había deseado se había vuelto rana.

Blanquita quería irse de Brétama porque se ahogaba. Estaba cansada de tener que seguir los pasos de su madrina Blanca; ella misma dice que se parece más a Helena en este sentido. Después del rechazo de Héctor, aún tiene más ganas de huir. Como excusa para marcharse del pueblo dice que ha conseguido un trabajo de investigación en Pasteur (Francia).

Amalia, podría decirse que tiene un deseo doble: tener un hijo con Moráis. Principalmente, cumple el deseo de ser madre pero no con quién ella quería realmente. Acaba teniendo una hija, Blanquita, con Dictino, de quien acaba enamorándose. Sin embargo, se siente frustrada como madre porque no mantienen una relación madre-hija, sino que la hija se entiende mucho mejor con el padre, y eso a ella le duele.

Miguel anhela que encierren a los del Club de los Machos, aquellos que lo golpearon y violaron. Ve su deseo muy cerca cuando la misma pandilla viola a la chica joven, y esta está dispuesta a denunciarlos.

Etelvina de Silva aún no ha visto realizado su deseo: ahora ha acabado dos libros y no se sabe si ha tenido o no éxito; es más, nunca lo verá cumplido porque busca que la recuerden mediante su literatura una vez haya fallecido.

Héctor Monterroso cumple su deseo cuando en el último capítulo reúne las fuerzas necesarias para hacer la petición de matrimonio a Constanza: le dice que si entra en aquella casa es para salir a la mañana siguiente por la puerta principal de su mano. Finalmente, ella acaba aceptando, aunque sin saber si lo quiero o no.

De Inés no sabemos si su deseo se cumple, ya que Edelmiro aún no ha acabado de construir la casa en la que tienen que vivir. Por lo tanto, hasta que la casa no esté acabada, no se sabrá si se casan o no.

Por último, el deseo de Constanza era Hermes, y Hermes ya está muerto. Sin embargo, ella lo ve cumplido en cierta forma: puede ver en Héctor lo que un día la enamoró de Hermes. Asimismo, podría decirse que entre el miedo que tiene a quedarse sola y lo que le gusta Héctor, acaba aceptando su petición.



Grado de Lengua y Literatura Hispánicas

Zoe Pesquera Mateu

Rabab M’hir El Koubaa

27 abr 2012

Power Point:

https://docs.google.com/presentation/d/1ayPKcUqce6WMzzScZwLPxNTaHRMmHuRAyz1J6otravM/present?pli=1&ueb=true#slide=id.p24

Monografía:



CONSTANZA


Maria Anguera Gómez
Marina Silva Alcántara






1. Introducción al personaje

Constanza es uno de los personajes más relevantes de esta novela de Marina Mayoral puesto que toda la obra se desarrolla alrededor de ella e influye sobre las acciones de todos los personajes. Se podría decir que es el personaje mejor descrito y caracterizado de la novela. No a través de ella sino a través de los habitantes de Brétema el lector puede ir tejiendo la imagen y el retrato de esta mujer valiente, con valores fijos y  mucho sufrimiento a cuestas que reviste Deseos de humanidad.
Dicho personaje ya aparece mencionado en la primera página de la novela (p. 11):
Es Hector Monterroso ¿De dónde vendrá éste a las seis de la mañana? De casa de doña Constanza, seguro.

Dictino ya avanza de ella que se dice que es una puta “de postín, de las que salen en las revistas, pero puta”. Esta frívola descripción que Dictino hace con cariño retrata la impresión que tienen los habitantes de pueblo sobre el personaje que nos ocupa.
            Constanza no es un personaje que aparezca caracterizado psicológicamente des del principio de la obra sino más bien lo contrario: en el primer capítulo el lector solo puede saber a la protagonista a través de su sonrisa, a la que Dictino caracteriza como cómplice (p.14):
Así es la risa de doña Constanza: risa cómplice, se ríe y sientes que está contigo y tú con ella, en lo bueno o en lo malo.

También se nos adelantan de ella algunos detalles físicos de ella de la mano de Dictino (p. 15):
[…] le palpita el cuelo que parece de marfil entre los rizos rojos y se le ven todos los dientes tan blancos y brillantes […]

Así como también se nos dice de ella que no es habladora y que casi siempre escucha. Dictino la define como a una mujer lista. Constanza mantiene una relación sin compromiso con Héctor Monterroso, quién está enamorado de ella y hacia quien Constanza siente distancia e indiferencia. Cree que los hombres son para ella aventuras efímeras y superficiales.
Constanza no siente amor hacia Héctor y por ello le recomienda que se busque a otra mujer. Sin embargo él, a pesar de mantener relaciones esporádicas con Blanquita le es totalmente fiel en sus sentimientos. Ella tiene cincuenta y cuatro años; Héctor 34.
A pesar de la frialdad y la dificultad de esta relación, Héctor reconoce que:
[…] hay ternura en sus gestos y pasión en sus abrazos, y algo más a veces, algo como desesperación…No, desesperación no es la palabra, una especie de dolor anticipado, eso sí.

Constanza es un ser sufrido por no haber realizado su mayor deseo: ser correspondida por su gran amor: Hermés Monterroso y en cada uno de sus actos este dolor y esta tristeza es percibida por los personajes que la rodean.
Benilde lo corrobora diciendo de ella que es “incapaz de enamorarse” puesto que (p. 135):
O bien porque la vida la zarandeó muy duro y la blindó contra debilidades amorosas, o bien porque es una mujer interesada, que ha utilizado a los hombres para medrar.

            A pesar de haber amado toda la vida a Hermés, Constanza mantuvo matrimonio con Don Pedro Monterroso, hermano de éste, hasta que se quedó viuda. Gracias a este matrimonio ella prosperó socialmente ya que sus orígenes son humildes.
En la p. 193 Constanza es la protagonista de la voz en tercera persona del libro que describe como era su madre:
 […] tu madre era así, egoísta y fría para las cosas importantes y sentimental para las pequeñeces […]

Y de la que más adelante se detalla que era “una madame que se hacía pasar por aristócrata rusa” (p.274).

            A ella misma se describe como una “experta de interpretar miradas” como bien se puede ver también en la p. 193, fragmento a través del cual el lector puede percatarse de que es un personaje reflexivo y al que en el fondo le importa que impresión puedan tener los demás sobre ella:
¿Qué pensará de ti? Desde que pones el pie en el cementerio hasta que pasas frente al banco en el que se sienta no te quita los ojos de encima, está esperando tu saludo, pero es una mirada buena, tú eres una experta en interpretar miradas, tú notas la envidia aunque quien mire se esfuerce en disimular, notas el deseo, el odio, la curiosidad malsana, la mirada que busca arrugas, algo que criticar, la mirada que dice <<no es para tanto>>…

            Constanza es madre de un hijo que no tuvo con Pedro sino con Hermés. Este es el secreto más bien guardado de la protagonista y que el lector puede deducir por las charlas que frecuentemente mantiene Constanza cuando va al cementerio y habla con su marido y el hermano de él, Hermés.
Las visitas de Constanza al cementerio son frecuentes y en ellas mantiene soliloquios con los difuntos. Este hecho aparentemente podría dibujar al personaje como un ser poco cuerdo, pero son integrados de tal forma en el relato que el lector los percibe como un recurso, o la única salvación que le queda a Constanza para subsanar su soledad y en los que ella se desnuda como personaje y relata sus sentimientos y sus secretos más íntimos.


3-Deseo

            El personaje de Constanza es el que guarda una mayor relación con el título de la novela, ya que es de los pocos que consigue cumplir y satisfacer el deseo de otros personajes, aunque su deseo sea de los pocos que jamás se podrá cumplir ya que nadie puede satisfacerlo. Ella vivirá sabiendo que jamás podrá ver su deseo hecho realidad.
Además, es el personaje de Constanza el que aparece en la imagen de la portada del libro bajo el título Deseos, probablemente porque Marina Mayoral intenta establecer ya una relación entre este personaje tan importante y el título de la novela.

3.1-El deseo de Constanza
            Al principio de la obra Héctor Monterroso intenta descubrir cuál es el deseo de Constanza, aunque tan solo consigue una pincelada de los sentimientos ocultos de ésta, ya que no acaba de descubrir cuál es realmente su deseo, pero se empieza a entrever.

Héctor- “¿Alguna vez has sentido que alguien es lo más importante de tu vida, lo único que realmente te importa?”
Constanza- “Sí”

            Aún así el deseo de Constanza es un deseo oculto, pues nunca llega a decírselo o explicárselo a nadie, salvo a las dos únicas personas que murieron y con las que habla en el cementerio. Ella es consciente de que no pudo ni puede hacer realidad su mayor deseo por mucho que lo intentase. Llega a comentar esto en alguna ocasión con Dictino, pero no acaba de decirlo claramente, así como tampoco hacia quién recae su deseo.

Constanza-“Pero siempre hay algo que deseamos y que no conseguimos. Y hay que aceptarlo. Yo lo que más deseaba en la vida, no lo pude conseguir.”

            Constanza tiene una frase que explica cuál es su deseo, y es una frase importante, con mucha carga sentimental y de gran peso dentro de la obra, aparece en la contraportada del libro y es una frase muy significativa. Además otro personaje intentará explicar su deseo de la misma forma que lo hace Constanza.

Constanza-“Tú has sido lo que más he deseado en la vida. Fíjate que no digo el hombre que más he deseado. Digo: lo que más, lo único que de verdad he deseado.”

            A pesar de que Constanza es muy criticada por la mayoría de los personajes por ser una mujer materialista, frívola, aprovechada, el deseo de Constanza muestra todo lo contrario. Es el único personaje que tiene un deseo tan sentimental incapaz de ser realizado. Muestra como Constanza es realmente una mujer enamorada que tan solo muestra una apariencia por el hecho de tener un deseo irrealizable. Además este deseo condicionará y marcará todo su vida, sus actos y sus consecuencias.
            Esta frase característica de Constanza tiene mucho peso dentro de la novela ya que otro personaje también intenta explicar su deseo de la misma forma que lo hace ella, por no decir, que intenta reproducir las mismas palabras. Este personaje es Consuelo que le declara a Juanma, cuando éste ya ha muerto, que siempre ha sido lo que más ha querido.

Consuelo-“Tú eres lo que más he deseado en el mundo, lo único que realmente he deseado y no puedo resistir la tentación. Lo único que he deseado siempre eras tú.”

Se ve como la autora intenta reproducir el deseo de Consuelo igual que lo hace con Constanza, sin embargo no acaba de utilizar las mismas palabras exactas, quizás porque el deseo de Constanza tiene mayor carga sentimental y simbólica.


3.2-Los deseos que satisface
            Constanza es la única que es capaz de satisfacer los deseos de otros personajes a pesar de que ella no pueda realizar el suyo. Ella hace realidad los deseos de Dictino y Héctor Monterroso.

Dictino es un hombre bueno, trabajador, casado, que ama a su mujer pero tiene un deseo que se ve incapaz de realizar con su esposa. Constanza al ver la imposibilidad de realizar su deseo y que eso ha marcado el resto de su vida, intenta complacer los deseos de aquellos a los que aprecia o tiene en mucha estima.

Constanza-“Y tú Dictino, ¿has conseguido lo que más deseabas en la vida?”

            Dictino tiene el deseo de estar por una vez en su vida con una mujer maravillosa, pasar una noche con una mujer de las que parecen en sus sueños, pero sin que eso signifique nada porque quiere a su mujer y no la quiere dejar. El deseo de Dictino es más bien sensual y sexual. Constanza hace realidad este deseo aunque no se explícita en el texto pero sí se deja caer de forma sutil. Algunos personajes sospechan de esta relación, como Blanquita y Amalia.

Otro personaje al que es capaz de satisfacer su deseo y quizás el más importante es Héctor Monterroso. Además es el único que sabe que el deseo de Constanza es por un hombre al que todavía ama.

Héctor-“Ese hombre que tú no podrás sacar ya nunca de tu mente, que se interpondrá cada vez que la abraces, cada vez que tú creas estar poseyéndola y ella cierre los ojos y se imagine que eres otro…”

            Pero él, aun así, quiere intentar que el deseo de Constanza cambie, y que sea él el hombre al que desee. Constanza satisface por una parte el deseo de Héctor ya que mantiene una íntima relación con él a pesar de que es su “nieto”, pero el deseo de Héctor va más allá, no quiere una simple relación carnal con Constanza ya que él la ama y ya no se trata de satisfacer su deseo sexual, sino que quiere cumplir su mayor deseo, su deseo sentimental, su deseo amoroso.
            De alguna manera Constanza intenta que Héctor se satisfaga con la relación que ambos mantienen, que aproveche y disfrute de esos momentos en vez de amargarse por saber que quizás no podrá lograr ese deseo amoroso con ella.

Constanza-“¿Porqué no disfrutas de lo que tienes en lugar de amargarte con lo que no puedes conseguir?”

            Quizás el personaje de Héctor es un espejo en el que Constanza se ve reflejada por el hecho de ese deseo de amar a alguien que no te corresponde. Durante la novela Héctor intentará hacer realidad su deseo aunque Constanza se niega. Ahí queda reflejado el deseo insatisfecho de Héctor que solo ella puede hacer realidad. Esto cambiará al final de la novela cuando Héctor se declara y pide matrimonio a Constanza.
Héctor-“No quiero entrar por la puerta de atrás. No quiero ocultarme más, Constanza. Y lo que tengo que decirte puedo decírtelo desde aquí y a gritos en medio de la plaza: ¡te quiero! Te quiero como nunca he querido a nadie. Eres lo más importante en mi vida. Lo único realmente importante. Y lo serás siempre, Constanza, porque tú sabes que cuando se quiere así no se olvida nunca. Lo sabes muy bien.”

            Constanza al verse reflejada en este deseo de Héctor porque es el mismo que ella tenía y aun sigue teniendo y al saber que nunca dejaría de amarla y no la olvidaría nunca, acepta casarse con él y realiza y satisface el mayor deseo de Héctor.

Constanza-“Estás loco, Héctor Monterroso”

            Constanza satisface los deseos carnales de Dictino y Héctor y llega más allá con Héctor, al ser capaz de cumplir su mayor deseo, pasar el resto de su vida juntos.
            Por todo esto, se puede decir que el personaje de Constanza es el que está más relacionado con el título de la novela porque no sólo ella tiene un deseo sino que cumple y satisface el de otros y sobre todo el deseo de Héctor, aquél deseo que ella no pudo realizar jamás y el que condicionó su vida, el mismo deseo que ha hecho realidad para Héctor.

4-Constanza y el cementerio
            Uno de los puntos a destacar de Constanza a parte de su “deseo” es que es el único personaje que vive y se describe en dos espacios diferentes. Vive tanto en el pueblo de Brétema, en lo terrenal, como en el cementerio, ese espacio espiritual que une ambos mundos. El cementerio es el espacio en que Constanza desnuda su alma, en el que ella se muestra tal y como es y en el que expresa sus sentimientos y también en el que expresa su deseo más oculto. No se sabe qué hombre fue tan querido por Constanza hasta que no se llega en el momento en que ella entra al cementerio. Ahí se muestra su vida amorosa y cuál fue el hombre al que realmente amó: Hermes, el hijo de su marido.

Constanza-“No puedes ignorarlo Hermes, es así y no tiene vuelta de hoja. Es mejor que lo aceptes, que te dejes querer como te has dejado querer hasta ahora, pero sabiendo lo que has sido en mi vida, lo que sigues siendo…no me des las gracias, las cosas del corazón son así y ya está. Ni yo podía quererte menos, ni tú podías quererme más.”
            Constanza habla tanto con Hermes, su amor, como con don Pedro su marido, a ambos les explica todo y don Pedro sabe que el mayor deseo de Constanza es Hermes, su hijo. Muy curiosa la forma en que el marido de Constanza y su amor están juntos en el panteón, de alguna manera se recogen juntos los dos seres más queridos por Constanza.

Esto es comentado también por otros personajes de la novela que sospechan cuál puede ser el deseo de Constanza al ver la forma en que actúa dentro del cementerio.

Benilde-“En la tumba de don Pedro pone casi siempre un ramo de flores de la estación, pero en la de Hermes deja sólo una rosa roja. Si se sienta mirando siempre hacia el mismo lado quiere decir que: o tiene un lumbago permanente en uno de ellos, o no padece del lumbago, o lo que le interesa es mirar el retrato de Hermes…”

            Es curiosa la forma que tiene Constanza de hablar en el cementerio. No es una mujer que está loca ya que habla con la tumba de don Pedro, su marido, y con la de Hermes. Quizás puede aparentar que no está muy cuerda por el hecho de que aparentemente se establecen conversaciones entre Pedro y Constanza y Hermes y Constanza. Aunque únicamente se oye la voz de Constanza, ella deja entrever qué estos hablan con ella, ya que hace un monólogo pero como si sus preguntas fuesen respondidas por éstos. No se sabe si realmente existe una conexión tal entre lo terrenal y lo espiritual que permite que Constanza sea capaz de hablar con ellos o si ella misma se contesta por buscar sus propias aprobaciones o las contestaciones que ella desearía escuchar. En nuestra opinión es más el segundo caso, ella expresa sus sentimientos con los seres más queridos y como por desgracia ya han muerto ella hace como si pudiera mantener aún conversaciones con ellos.

            Es importante la portada del libro ya que debajo del título se muestra el personaje de Constanza de espaldas y las puertas de un cementerio abiertas. Marina Mayoral ya plasma como el cementerio es el espacio que une a Constanza con su mayor deseo y que a pesar de no poder realizarlo en el pasado, tampoco puede ahora. Su deseo enlaza lo carnal con lo espiritual, por eso el cementerio es el espacio más importante en el que se desenvuelve Constanza.


5. La figura de Constanza en Deseos
Constanza representa en esta novela un cúmulo de sentimientos, perspectivas, imágenes y actitudes muy comunes en la sociedad. Todas ellas se ven confluidas a su alrededor puesto que es o “provocadora” o “receptora” de todas ellas.
Representa valores tales como la libertad y la valentía, que pueden verse en el hecho de que a pesar de saber que todo Brétema piensa de ella que es una prostituta. Constanza no parece verse afectada por ello –si molesta- y sale a la calle con orgullo y lleva su vida adelante poniendo de relieve su libertad personal.
Por otro lado sabe que es envidiada por mucha gente en el pueblo, sobre todo mujeres, por el hecho de ser deseada por el común de los hombres. Sin embargo ella no hace especial ostento de ello sino que en su vida privada es totalmente contraria a lo que la gente piensa puesto que solo mantiene relaciones amorosas con un hombre.
Constanza representa el ser humano castigado por la sociedad sin un motivo aparente y solo a causa de las habladurías de los demás. Su infortunio es tal que además la vida la ha castigado quitándole su mayor deseo: el de ser correspondida en el amor. Es cierto que relaciones amorosas ha tenido, pero solo ha habido un hombre que ha hecho que la vida cobrara sentido para ella y con el que tuvo un hijo del cual ha tenido que mantener en secreto su verdadero origen.



6. Conclusiones

Se puede concluir que Constanza es el personaje más caracterizado y de más relevancia de la novela puesto que todas las acciones, hechos, sucesos y sentimientos se ven entrelazados en algún momento con su figura. La de una mujer que a pesar de no haber visto realizado su mayor deseo: el de ser correspondida en el amor, es capaz de mirar hacia adelante conformándose con lo bueno que le ha dado la vida y haciendo el ejercicio de intentar ser feliz dándose la oportunidad de empezar una nueva vida al lado de una persona de la que no está totalmente enamorada pero de la que sí sabe que va a ser feliz a su lado.
Quizá porqué la felicidad máxima no existe, quizá porqué a veces lo esencial se vuelve invisible a los ojos del ser humano, Marina Mayoral da una lección al lector advirtiéndole de que todos tenemos y tendremos grandes deseos que se nos quedarán sin realizar pero que sin embargo los habrá muchos otros que sí se nos van a realizar y hay que saber aprovecharlos porqué la vida pasa, i no es por ello la acción de Constanza una resignación ante la soledad de la próspera vejez si no un acto de valentía de brindarse la oportunidad de ser feliz, objetivo que persigue todo ser humano a lo largo de su vida y que a veces no acaba encontrando de tanto buscarlo porqué, sencillamente, lo tenía ya a su lado.


25 abr 2012

¿Quién es Héctor Monterroso?: Personaje. Historia. Realidad.


¿Quién es Héctor Monterroso? - Deseos - Literatura

Análisis Pragmático de los capítulos dedicados a Blanquita de la novela “Deseos” de Marina Mayoral


Pragmática” es un término introducido para la primera vez por Charles Morris, que la describía como el conjunto de relaciones de signos e intérpretes y la incluía en su teoría de semiótica. Después Carnap ofreció una definición que restringía su ámbito, explicando que se habla de pragmática cuando se hace referencia al hablante. Estas definiciones se analizaron además después por otros lingüistas como Montague y Levinson.
Las definiciones de pragmática hoy en día son muchas, y ninguna de ellas es plenamente satisfactoria; sin embargo se puede intentar dar una definición de pragmática más o menos exacta, describiéndola como: “el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, de las condiciones que determinan el empleo de enunciados concretos emitidos por hablantes concretos en situaciones comunicativas concretas, y su interpretación por parte de los destinatarios”. En pragmática se consideran los factores extralingüísticos ligados al uso del lenguaje.
Los conceptos básicos que se analizan en pragmática son:

Naturaleza Material
  • Emisor: hablante que produce intencionalmente una expresión lingüística en un momento dado;
  • Destinatario: persona(s) a la(s) que el emisor dirige el enunciado;
  • Enunciado: expresión lingüística producida por el emisor, construida según un código lingüístico;
  • Entorno: soporte físico en que se realiza el acto de enunciación, lugar y tiempo, también llamado Contexto Extra verbal por Caseriu, que lo divide en:
  1. Contexto Físico: cosas que están a la vista
  2. Contexto Empírico: cosas que se conocen aun no estén a la vista
  3. Contexto Natural: todos contextos empíricos posibles
  4. Contexto Practico u Ocasional:
  5. Contexto Histórico: historia conocida por los hablantes
  6. Contexto Cultural: tradición cultural de la comunidad

Naturaleza Inmaterial
  • Información Pragmática: conjunto de conocimientos, creencias, etc. de un individuo en cualquier momento de la interacción verbal. Dik la divide en los siguientes rasgos:
  1. General: conocimiento del mundo
  2. Situacional: conocimiento derivado de la percepción durante la interacción
  3. Contextual: lo que se deriva de las expresiones lingüísticas intercambiadas en el discurso inmediatamente precedente
  • Intención: relación entre el emisor y la información pragmática por un lado, y el destinatario y el entorno por otro lado. Siempre hay una intención ligada a un acto comunicativo; el emisor quiere actuar sobre el estado de las cosas para modificarlo o para impedir que se modifique. Esto estado de las cosa incluye la propia posición, la del interlocutor y el entorno.
  • Relación Social: existe per el mero hecho de pertenecer a una sociedad. Es vinculada al grado de relación social entre emisor y destinatario e impone una serie de selecciones que determinan la forma del enunciado.

Miramos algunos ejemplos de estos elementos que se pueden encontrar en la porción de la novela que estamos analizando:

En la p. 300 se encuentra una larga parte de dialogo, tomemos en análisis un fragmento:

Inés aparece en la puerta de la farmacia:
-¿Estas de guardia?
-¡No! Ya cierro, Inés, espérame.

Aquí hay dos enunciados construidos según el sistema lingüístico castellano. El primer emisor es Inés y el destinatario es Blanca, y en el segundo enunciado sus condiciones se revierten. El entorno es la farmacia a las 20.00h del día en que se desarrolla la novela. Este entorno puede ser analizado según los rasgos propuestos por Caseriu:
  • Contexto Físico: las dos saben que están dentro de una farmacia y que están hablando con su amiga.
  • Contexto Empírico: que a una cierta hora la farmacia cierra, que puede ser que blanca esté de guardia esta noche, que en las farmacias hay los turnos de guardia, etc.
  • Contexto Natural: que las farmacias son botigas donde se venden medicamentos que la gente tiene che tomas cuando está enferma, que hay enfermedades, etc.

Para analizar de manera más importante los otros rasgos, tomemos un otro fragmento del texto:

p. 302
-[…] y lo que es mejor, parece una película, Blanca, encontraron un pin con una cruz gamada.
-¡Joder! Entonces es cierto que fueron los del Club de Machos.

  • Contexto Histórico: las dos chicas saben que existió el Nazismo, que se ocurrió la Segunda Guerra Mundial, etc.
  • Contexto Cultural: ellas saben también que generalmente la gente no muestra símbolos relacionados con el nazismo, pero hay algunos que intentan reproducir el estilo de vida de los nazis e que generalmente estas personas son racistas, xenófobas, violentas, agresivas, etc.

Ajora vemos algunos ejemplos en el texto de elementos inmateriales:

p. 307
Blanquita la interrumpe con brusquedad.
-Me voy al Pasteur, Inés.
Inés se para y la mira desconcertada.
-¿Como que te vas? ¿Qué quieres decir? Blanqui, por dios, ¿Qué estás diciendo?
-Me han ofrecido un trabajo. No sé aun por cuanto tiempo, pero es un trabajo fijo y empiezo enseguida.

Información Pragmática:
  • General: Inés sabe que hay un instituto en Paris que se llama Pasteur donde Blanquita ya trabajo como becaria.
  • Situacional: por la brusquedad con la que Blanquita se lo dice, Inés comprende que se trata de algo inminente e irrevocable.
  • Contextual: Inés comprende que a Blanquita le han ofrecido un trabajo en este instituido y que ella ha tomado la decisión de aceptarlo sin decirle nada y ahora esta confesándoselo.
Intención:
La intención de Blanquita en este caso es de confesar su salida y de haberlo decidido sin comentarlo con su amiga.
Relación Social:
La relación entre Blanquita y Inés es muy estrecha y familiar, por esta razón ellas hablan de forma muy directa sin considerar demasiado las máximas de la cortesía que veremos más abajo.

Antes de pasar al próximo argumento de análisis, vale la pena abrir un pequeño paréntesis sobre el silencio. De hecho también el silencio puede ser considerado una intención y tiene valor comunicativo cuando se presenta como alternativa al uso de la palabra:

p. 303
  • A Miro le va a tocar testificar sobre eso, porque lo que se dice es que de un modo u otro las guardias provocaron el accidente.
  • Sobre eso y sobre la violación, porque Adolfo, antes de morir, hablo con el...
Inés se calla y Blanquita la mira, esperando. Inés sigue callada.
  • Si te quedas más tranquila no me lo cuentes, pero sabes que yo no comento nada con nadie.

Se ve como en este caso el silencio de Inés no es simplemente una falta de voluntad comunicativa, sino un silencio querido para comunicar a Blanquita que lo que está a punto de decirle es muy serio e importante.

Deixis

La deixis se ocupa de como las lenguas gramaticalizan o codifican algunos rasgos del contexto de enunciación o del evento de habla y ciertas expresiones del lenguaje natural. De hecho, se tiene que conocer el contexto para comprender los elementos deícticos. El primero che hablo de ellos fue Pierce.
La deixis se categoriza en:
  • Persona
  • Lugar
  • Tiempo
  • Discurso
  • Social

Deixis de Persona: se divide en primera persona, segunda persona, tercera persona; donde la tercera persona no corresponde a ningún papel de participante específico en el evento de habla.
La deixis de persona se codifica a través de pronombres o con la concordancia del predicado.

Deixis de Lugar: se refiere a la situación espacial en que se encuentran los participantes en el evento de habla. Se puede hacer referencia describiéndolo o situándolo (en relación a otros objetos o deícticamente). Las lenguas gramaticalizan el lugar distinguiendo entre próximo y distante; además hay palabras que son puramente deícticas de lugar:
-adverbios: aquí, ahí, allí
-pronombres demostrativos: este, ese, aquel
-algunos verbos de movimiento tienen elementos deícticos incorporados

Deixis de Tiempo: trata los periodos temporales relativos al tiempo en que se pronuncia el enunciado. Se gramaticaliza con adverbios deícticos de tiempo y con el tiempo gramatical. Es importante distinguir entre tiempo e codificación (TC) y tiempo de recepción (TR). Cuando estos dos no corresponden, se tiene que comprender donde está el centro deíctico y normalmente se considera que pertenezca al (TC).

Deixis del Discurso: hace referencia a porciones del discurso en desarrollo en que se sitúa el enunciado.

Deixis Social: es ligada a distinciones sociales relativas a los papeles de los participantes, como pronombres corteses, formulas de tratamiento, de apelación, etc.

Según la teoría de la Marcación de Jakobson y Trubetzkoy, donde el miembro más usual, más normal, menos especifico es el no marcado, y viceversa; el centro deíctico siempre se encuentra en los miembros no marcados.
Los usos de la deixis son diferentes: se puede tener una expresión deíctica sin uso deíctico, se puede tener un uso gestual por el cual hace falta un control físico del evento de habla, o un uso simbólico donde solo es suficiente el conocimiento de los parámetros espacio-temporales básicos.

Vemos algunos ejemplos tomados del texto:

p. 57
[...] estas dispuesta a condicionarlo todo de un tipo a quien tu le importas un bledo... […] estas convencida de que solo eres una aventura para él...

En este caso “un tipo” y “el” hacen referencia a alguien que todavía no se sabe quién es, entonces sin conocer el contexto nosotros no podemos saber que se trata de Héctor.

p. 310
Vuelven a la zona iluminada e Inés le señala un banco.
-Siéntate ahí. Dame la zapatilla.

p. 299
Blanquita deja sobre el mostrador de la farmacia un frasco y señala hacia la rebotica.
-Disculpe un momento. Voy a coger el teléfono.

La señal gestual y “ahí” no tendrían sentido extraído del contexto. Igual que la señal hasta la rebotica que tiene que ser acompañado por una explicación verbal.

p. 304
[…] Adolfo volvió a decirle: “A esa puta... yo solo la pise”
-¡Dios santo! Eso es una confesión.

p. 314
[…] Y no dio explicaciones: “No puedo”, eso quiere decir que no puede ni el sábado ni nunca.

p. 315
[…] tú eres una buena hija, eso es lo que pienso de ti.

En los tres ejemplos “eso” se refiere a una parte del discurso en desarrollo.



p. 43
-Mejor siete Dictino... Que tengas un buen día...
-Usted también, don Héctor.

Aquí el uso del “tu” por un lado y del “usted” por el otro, y el hecho che Dictino llame “don” a Héctor muestran un desequilibro entre las condiciones sociales de las dos partes.

Presuposición

La presuposición es un tipo de inferencia pragmática ligada a la estructura lingüística real. El primero que hablo de presuposición fue Strawson, distinguiéndola del concepto de entrañamiento. De hecho:

Entrañamiento Semántico: A entraña semánticamente B si y solo si en cada situación donde A es verdadera, B es verdadera. A→B

Presuposicion Semántica: A presupone semánticamente B si y solo si en todas situaciones donde A es falsa B es verdadera. ¬A→B
Entonces la presuposición se mantiene en las oraciones negativas.

Las presuposiciones se dividen en:
Existenciales: ligadas a expresiones referenciales
  • sintagmas determinantes
  • términos deícticos
  • nombres propios
Lexicales: se producen por el significado de algunos tipos de verbos
  • factivos
  • de juicio
  • de cambio de estado
  • implicativos
Focales: dependen de ciertas formulaciones prosódicas o sintácticas
  • mayor intensidad prosódica
  • oraciones escindidas
  • adverbios focalizadores

Las presuposiciones tienen algunas propiedades:
  • Constancia bajo la negación
  • Defectibilidad
  • Proyección

Defectibilidad: las presuposiciones son defectibles en algunos contextos del discurso e intraoracional. Esto puede ocurrirse en:
  • Presuposiciones expresadas por cláusulas con las palabras “antes de”
  • Conocimiento mutuo que la presuposición es falsa
  • Lo que se dice junto a algunas asunciones de fundo es inconsistente con lo que se presupone
  • Argumentos por reducción o presentación de pruebas en contra de alguna posibilidad o asunción

Proyección: las presuposiciones se comportan de manera diferente en oraciones complejas. Según Frege el significado de las oraciones es composicional y el significado de una expresión es la suma de los significados de sus partes. Langendoen y Savin aplican esta teoría también a las presuposiciones, pero aun no se ha logrado formular una teoría satisfactoria sobre el problema de la proyección.

Vemos algunos ejemplos de presuposición en el texto:

p. 300
-Nada, nada, no tomes más potingues, Encarnación.

Sea la frase afirmativa, sea negativa, presupone que ye Encarnación haya tomado potingues.

p. 304
-“A esa puta... yo solo la pisé”

Presupone que la chica ha sido golpeada. También si Adolfo dijo “yo no solo la pise” la frase seguiría presuponiendo que la chica fue golpeada. Esta presuposición se basa sobre la presencia de la palabra “solo”.

p. 303
[…] Adolfo, antes de morir, hablo con él...

Presupone que Adolfo se ha muerto.

p. 308
-Y tan mal: Héctor Monterroso acaba de darme plantón por teléfono... en realidad sería más exacto decir que acaba de romper conmigo.

El uso del verbo romper presupone que los dos fueron juntos, sea que Héctor acaba de romper con Blanquita, sea que no.

p. 44
[…] tío German tenía razones para negarlo, si es que hubo algo.

En este caso la presuposición seria que teniendo o no razones para negar, hay algo que negar, pero si consideramos la oración en su totalidad, se ve como a causa de la proyección la presuposición desaparece, porque se pone en duda el hecho que hubo algo.

Implicatura

La implicatura es una clase de inferencia pragmática teorizada por Grice que esta fuera de la organización del lenguaje, es uno de los principio generales de la interacción cooperativa y proporciona una explicación explicita de cómo es posible significar más de lo que efectivamente se dice.

Grice propone un principio de máximas no normativas, sino descriptivas que constituyen una condición preparatoria al concepto de implicatura
Principio de Cooperación:
  • Cantidad
  • Calidad
  • Pertenencia
  • Manera

Cantidad: Máximas
  1. Haga su contribución tan informativa como exigen los propósitos actuales del dialogo
  2. No hagas su contribución más informativa de lo requerido

Calidad: Supermaxima
  1. Trate de que su contribución sea verdadera
Máximas
  1. No diga lo que crea que es falso
  2. No diga algo de lo que no tenga pruebas suficiente

Pertenencia: Máxima
  1. Diga cosas relevantes / Haga contribuciones pertinentes

Manera: Supermaxima
  1. Sea claro
Máximas
  1. Evite la oscuridad en la expresión
  2. Evite la ambigüedad
  3. Sea Breve
  4. Sea metódico / ordenado

Grice defiende que las máximas son dispuestas de modo que cuando la conversación no es conforme a ellas, los oyentes asumen que los principios están incorporados a un nivel más profundo.
Se puede dejar de cumplir las máximas en los siguientes casos:
  • Enunciado irónico o metáfora
  • Mintiendo
  • No dando toda la información
  • Hablando mal una lengua
  • Cuenteando un chiste

También hay varias maneras de violar las máximas:
  • Violación encubierta de una máxima
  • Suspensión abierta de máximas o principios
  • Conflicto o colisión en que se tiene que elegir una máxima contra la otra
  • Violación abierta o burla de una de las máximas

Cuando se violan las máximas surgen inferencias para preservar la asunción de una colaboración, y aquí se pone el estudio de las implicaturas conversacionales por las inferencias que van más allá del contenido semántico. Generalmente hay algunas condiciones por que las implicaturas conversacionales se produzcan:
  • el emisor está observando las máximas o el principio de cooperación
  • se supone que el emisor piensa lo que quiere realmente decir
  • el emisor piensa que él y el destinatario saben que este ultimo puede figurarse que la suposición arriba es necesaria

Hay diferentes clases de implicatura:

-Convencionales: el significado de lo dicho no se deriva de principios pragmáticos de rasgo superior como las máximas, sino está vinculado a elementos léxicos o expresiones concretas, igual que la presuposición.
-No convencionales: se generan de otros principios como las máximas de Grice. Ellas se dividen en:
  • No conversacionales: cuando los principios que la regulan son de naturaleza diferente
  • Conversacionales: reguladas por los principios de la conversación. Entre ellas a su vez hay:
  1. Generalizadas: no dependen directamente del contexto de emisión
  2. Particularizadas dependen decisivamente del contexto de emisión

Según la definición elaborada por Levinson:
Implicatura Particularizada: Implicatura I de enunciado E es particularizada si E implícita I solo en virtud de unas suposiciones contextuales que no se obtendrían invariablemente o normalmente.
Implicatura Generalizada: Implicatura I de enunciado E es generalizada si y solo si E implícita I a menos que hayan suposiciones contextuales especificas inusuales que la eliminen.
Levinson también ofrece 3 principios en que se producen implicaturas conversacionales generalizadas:

Principio C (Cantidad):
Máxima del Hablante: seleccione la alternativa paradigmática mas fuerte informativamente que sea consistente con los hechos
Corolario del Receptor: lo que el hablante dice es la afirmación más fuerte con lo que sabe

Principio I (Información):
Máxima del Hablante: produzca la información mínima lingüística suficiente para alcanzar sus fines comunicativos
Corolario del Receptor: desarrolle el contenido informativo del enunciado del hablante, con interpretación más específica, a menos que el hablante utilice una expresión marcada

Principio M (Manera):
Máxima del Hablante: indicar una situación anormal, no estereotípica, por medio de expresiones marcadas que se distingan de aquellas que se usarían para describir una situación normal.
Corolario del Receptor: lo dicho de una manera anormal indica una situación anormal o, dicho de otro modo, los mensajes marcados indican situaciones marcadas específicamente.

Las implicaturas conversacionales son reconocibles por determinadas características:
  • Cancelabilidad: las implicaturas son cancelables añadiendo cláusulas que la invaliden explícitamente o emitiendo dicho enunciado en un contexto que indique que se está violando el principio de cooperación.
Las inferencias deductivas o lógicas no son defectibles.
  • No Separabilidad: las implicaturas que no se derivan de la máxima de manera no son separables porque están ligadas al contenido semántico de lo que se dice y no a la forma lingüística, y por lo tanto no se pueden separar de un enunciado sustituyendo las palabras por sinónimos.
  • No Convencionalidad: no son parte del significado convencional de las expresiones lingüísticas ligadas, de hecho son propiedades de los enunciados y no de las oraciones; una misma oración puede dar lugar a un número no predeterminado de implicaturas.
  • Calculabilidad y no Deducibilidad Lógica: para cualquier implicatura debe ser posible que a partir del significado literal y del principio de cooperación de las máximas, un destinatario podría efectuar la inferencia en cuestión para preservar la asunción de coperatividad.
Las implicaturas conversacionales no son propiedades lógicamente deducibles, no dependen de lo que se dice sino del hecho de decir lo que se dice.
  • Indeterminación: las implicaturas conversacionales tienen un cierto grado de indeterminación, un único significado puede dar origen a implicaturas distintas en circunstancias distintas y un conjunto de implicaturas puede no ser determinable de modo exacto.

Vamos a ver algunos ejemplos de implicatura que se pueden encontrar en el texto:

p. 45
[…] “Has dejado bien alto el pabellón español”. Y tu madre, con guasa: “Igual que Federico Bahamontes y Manolo Santana”.

En este caso, el enunciado irónico ignora la máxima de pertenencia para demonstrar su desacuerdo.

p. 45
-Esta bien dejar puertas abiertas por donde uno pasa. Nunca se sabe las vueltas que da la vida.
Lo que, dicho por tu madre, significa que, por si volviese a ocurrir una catástrofe como la de la Guerra Civil, es muy conveniente la oportunidad de un puesto de trabajo digno en Francia..., pero también quiere decir que solo un cataclismo justificaría tu marcha de Bretema.

En este caso se trata de una implicatura estándar, porque hay implicatura sin violación de las máximas. Sin embargo, dado el contexto y la conciencia que Blanquita tiene del hecho que su madre no quiere que ella se vaya, puede figurarse lo que la madre piensa realmente, y Amalia también sabe que blanquita puede figurárselo.

p. 49
-Disfruta, Blanquita, compra lo que necesites, ve a ver todo lo que te guste: teatro, conciertos, opera, ballet, todo lo que aquí no tenemos. Aprovecha bien el viaje.
Aprovecha bien porque después te vendrás a Brétema a vender jarabes y a ser toda la vida Blanquita la de doña Amalia, eso iba implícito.

Esta situación es la misma del ejemplo de arriba.

p. 300
-Te la he quitado de encima. Que pesada y que cotilla es la pobre. ¿Vas a cerrar de verdad o lo decías para librarte de ella?
-Cierro, es ya la hora.

En este caso Blanquita ha sido fiel a las Máximas de Grice no infringiéndolas, pero Inés por un momento duda de eso, porque el contexto le hace pensar que haya infringido la máxima de calidad mintiendo y produciendo una implicatura conversacional particularizada.

pp. 304-305-306
[…] Adolfo volvió a decirle: “A esta puta... yo solo la pisé”.
[…] -La jueza podría entender que se trata de una confesión antes de morir: él se acusa de haberla pisado... y los otros quedan líberos de esa culpa.
[…] Ya dudaba de si había dicho “la pisé yo solo” o “yo solo la pisé”, que es diferente.

Aquí se ve como entre en juego la característica de no convencionalidad. De hecho, el significado de esas palabras no es claro y la misma oración puede dar lugar a diferentes interpretaciones. También modificando el orden de las palabras, las implicaturas que surgen son diferentes.

p. 310
-¿Estas pasándolo mal? ¿Por Héctor Monterroso?
-¡Sí! ¡Y además he pisado una mierda de vaca!
Inés ríe a carcajadas y Blanca se echa a reír también.

Aquí Blanca esta explícitamente infringiendo la máxima de pertenencia para producir una oración irónica.

p. 314
-Me dijo: “Blanca no puedo ir”. Y yo le dije: “Gracias por avisarme”. Y entonces el dijo: “Lo siento, lo siento. Adiós, Blanca”.
-¿Eso fue todo?
-¿Que mas querías que dijese? ¿Gracias por los servicios prestados?
-Blanqui, eso no se puede considerar una ruptura.
-¿Ah, no? Tenias que haberlo oído.
-Solo te dijo que no podía ir y que lo sentía, Blanqui. Si fue así, no puedes decir que ha roto contigo.

Siendo esta una implicatura derivada de la máxima de manera, es una excepción a la propiedad de no separabilidad. De hecho, está ligada a la manera de expresar el contenido semántico, y no al contenido mismo. Entonces, substituyendo las palabras por sinónimos, o analizándolas como hace Inés, la implicatura desaparece.

Cortesía

Siendo el lenguaje un medio de relación interpersonal, es utilizado cuando se pretende llegar a determinados objetivos y conseguir la colaboración del destinatario. Se intenta entonces actuar de alguna forma sobre el destinatario.
La naturaleza de la relación entre interlocutores depende de factores sociales como el grado de distancia entre ellos, la edad, el sexo, el grado de conocimiento previo, la posición social, la autoridad, la jerarquía, etc.
El uso del lenguaje es entonces regulado por un conjunto de normas sociales establecidas por cada sociedad que regulan el comportamiento adecuado de sus miembros, prohibiendo algunas formas de conducta y favoreciendo otras; y por otro lado por una actuación individual según la cual cada uno debe tratar al otro de acuerdo con las posiciones sociales que ambos ocupen.
La cortesía constituye entonces un conjunto de estrategias conversacionales para reducir el conflicto entre sus objetivos y los del destinatario. Por ende, hay una fuerte tensión entre el principio de cooperación de Grice, que da prioridad a una transmisión de la información eficaz, y la cortesía, al servicio de las relaciones sociales. De hecho, cuando lo importante es transmitir ericáceamente una información no se utiliza la cortesía sino las máximas de Grice. Lakoff divide el lenguaje en las dos categorías siguientes, proporcionando algunas reglas de la cortesía:

Intercambio Transaccional: Sigue los principios conversacionales, su regla principal es: “sea claro”, por una transmisión eficaz de la información.

Intercambio Internacional: Se funda sobra la cortesía, al fin de reducir posibles tensiones creadas. Las reglas de la cortesía son:
  • No se imponga
  • Ofrezca opciones
  • Refuerce los lazos de Camaradería

También Leech formula una teoría de la cortesía, sin establecer reglas. El divide la cortesía entre absoluta, característica de algunos enunciados; y relativa, en la cual se adecuan los enunciados al grado de distancia social. Este última se evalúa en una escala de coste o beneficio para el destinatario y el emisor:

Descortés: Mas coste y menos beneficio por el destinatario
Cortes: Mas coste por el emisor, mas beneficio por el destinatario

En general, en el continuum de acciones desde cortes hasta descortés, se pueden identificar cuatro categorías:
  • Acciones que apoyan cortesía: agradecer, felicitar....
  • Acciones prácticamente indiferentes a la cortesía: afirmar, informar...
  • Acciones que entran en conflicto con la cortesía: pedir, ordenar, preguntar...
  • Acciones dirigidas frontalmente contra la cortesía: amenazar, acusar, maldecir...

Leech propone algunas máximas que regulen el uso de la cortesía:
  • Máxima de Tacto: suponga que el interlocutor deba autorizar.
  • Máxima de Generalidad: minimice su beneficio, maximice el beneficio del interlocutor.
  • Máxima de Aprobación: minimice el desprecio hacia el otro, maximice el aprecio.
  • Máxima de Modestia: minimice el aprecio hacia sí mismo, maximice hacia el otro.
  • Máxima de Acuerdo: minimice desacuerdo hacia el otro, maximice el acuerdo.
  • Máxima de Simpatía: minimice antipatía, maximice simpatía.

También Brown y Levinson formulan una teoría de la cortesía, basada sobre dos propiedades explicativas del comportamiento comunicativo:
-La racionalidad, ligada al principio de cooperación
-La imagen pública, ligada a la cortesía
La imagen pública es el concepto fundamental de esta teoría: de la necesidad de mantenerla se derivan todas las estrategias de la cortesía. Como es vulnerable, hay que ponerla en salvo y para hacerlo no se debe dañar ni amenazar la de los demás.
La imagen pública se regula según dos vertientes: la positiva, dirigida a ser apreciado por los demás; y la negativa, ligada al deseo de tener libertad de acción y no sufrir imposiciones por parte de los demás.
La cortesía se usa cuando se cumple una acción que amenaza la imagen pública. Se puede actuar de varias maneras:

  • Encubiertamente: emmascarando o disimulando su verdadera intencion
  • Abiertamente y Directamente: expresándose literalmente sin intento de contrastar el daño
  • Abiertamente y Indirectamente, con Cortesía Positiva: se trata de repara al daño con aprecio hacia el otro, muestreando intimidad
  • Abiertamente y Indirectamente, con Cortesía Negativa: se trata de reparar al daño sin limitar la libertad del destinatario

Vemos algunos ejemplos de cómo se aplican las teorías de la cortesía en el texto:

p. 43
-¿Cuando vas a llevarme las tablas? En un mes inauguramos, no se puede retrasar.
[…] -Ya, ya, pero las necesito la semana que viene, Dictino. Hay que desmontar los andamios.

Aquí Héctor está cumpliendo una acción que amenaza su imagen pública, de forma abierta y indirecta, con cortesía positiva. En el segundo enunciado esta llega a ser abierta y directa, sin intento de de contrarrestar su sentido muy descortés. De hecho, Héctor se puede permitir de hablar a Dictino de manera tan directa porque está en una posición social más alta que la de Dictino.

p. 54
-Piénsalo un poco más; una cosa es echar unos polvos y otra compartir el día a día.

En este caso, Blanquita está cumpliendo hacia Inés una acción que entra en conflicto con la cortesía, de hecho le está diciendo directamente de hacer algo, implicando que no está de acuerdo con su decisión. Esto se pasa porque las dos tienen una relación muy estrecha y Blanquita se implica en las cuestiones de su amiga para reforzar la camaradería.

p. 55
[…] ¡Hola!: Voy a ir el sábado próximo a La Coruña. Me gustaría verte. Llámame para decirme si puedes y confirmar hora. Junior.

En este caso el utilizo del condicional es una forma más indirecta dirigida a disminuir el impacto de su solicitud a verse, dejando abierta a Héctor la posibilidad de realizar el acto o no. Sin embargo, siendo la frase siguiente muy directa, se intuye que la relación entre los dos es muy estrecha.

p. 56
[…] ¿Y si dices sin más que tienes una propuesta del Pasteur y que te piden una respuesta rápida porque hay otro candidato? En parte es cierto... pero lo importante es decir que estas decidida, que quieres irte. Lo importante y lo difícil. Puedes decir que es una nueva beca, un año, y más adelante contar el resto... Una mentira sobre otra, pero será mas fácil que tu madre lo acepte. Sobre todo no plantearlo como una posibilidad, no dar opciones.

En este caso Blanquita planea explícitamente desobedecer a la máxima de calidad, por no dejar opciones a sus padres. Es un acto explicitamente contra la cortesía para conseguir lo que ella quiere.

p. 299
-Disculpe un momento. Voy a coger el teléfono.
[…]-Ve, ve, que no tengo prisa.

Esto es un claro ejemplo de la máxima de tacto de Leech. Blanquita pide por la autorización de su interlocutor.

p. 300
-[…] ¿Damos un paseo o tomamos algo? ¿Estás bien? Te noto rara.

En este caso Inés se está implicando en las cuestiones de Blanquita con el intento de reforzar los lazos de camaradería, como tienen una relación muy estrecha.

p. 303
-Si te quedas más tranquila no me lo cuentes, pero sabes que yo no comento nada con nadie.

También si la relación entre Blanquita y Inés es muy familiar, como la situación es muy grave, Blanquita intenta ser cortes hacia su amiga evitándole imposiciones, y dejándole abierta la posibilidad de decírselo o no.

p. 309
-¿Puedes pararte un momento para hablar con tranquilidad?

Como están en el medio de una discusión, Blanquita pide a Inés de pararse de forma indirecta, utilizando la cortesía negativa, para disminuir el impacto de su solicitación.

p. 310
-Siéntate ahí. Dame la zapatilla.

Este lenguaje tan directo es un signo de la relación estrecha que une las dos amigas. De hecho, Inés está intentando ayudar Blanquita a limpiarse su zapatilla y como son amigas puede dar su orden de forma abierta y directa.

p. 311
-¡No, Blanqui! Yo no soy la jueza y esto no es un delito. Soy tu amiga y me lo puedes contar como quieras, bien o mal, no importa.

Esta frase es un ejemplo de la máxima de modestia de Leech.

p. 315
-[…] Tu eres una buena hija, eso es lo que pienso de ti, y yo no lo soy, pero agradecería que no me lo echases en cara.

Aquí, primero Blanquita nos proporciona un ejemplo de la máxima de aprobación de Leech y después solicita Inés de forma indirecta con cortesía negativa.

Relevancia

La teoría de la relevancia de Sperber y Wilson es uno de los modelos más influyentes en pragmática y se basa sobre el hecho que no hay una correspondencia biunivoca constante entre las representaciones semánticas abstractas y las interpretaciones concretas. Dos son las ideas básicas en las cuales se funda esta teoría:

  • Comunicarse no consiste en empaquetar los pensamientos en forma de palabras:
  1. Contexto: aporta elementos necesarios para enriquecer las representaciones abstractas
  2. Representación semántica de la oración: es la invariante del sentido que subyace a todos los enunciados concretos
  3. Interpretación del enunciado: puede llevar implícitos otros contenidos
  • La comunicación humana no es simplemente una cuestión de codificar y descodificar:
  1. Muchas veces la distancia entre lo que se dice y lo que se quiere decir es grande
  2. Hay contenidos implícitos en contra de la idea que comunicarse consiste solo en codificar y descodificar información

Al lado de la codificación y descodificación hay entonces un otro mecanismo no convencional: la ostensión e inferencia, que consiste en la producción y interpretación de evidencias y pruebas. Según la teoría de la relevancia:
  • un hecho es manifiesto solo si cada individuo es capaz de representárselo mentalmente
  • se llama ostensivo cualquier comportamiento que hace manifiesta la intención de hacer manifiesto algo
  • la inferencia es un proceso por el cual se da validez a un supuesto sobre la validez de otro supuesto

En la comunicación ostensivo-inferencial se produce un estimulo ostensivo por medio del cual se está tratando de hacer manifiesto o mas manifiesto un conjunto de hechos. El atrae la atención del destinatario, tratando de revelar cuál es la intención del emisor. Nunca hay ostensión sin intención y ningún estimulo ostensivo esta convencionalmente ligado a una cierta información.

Vemos algunos ejemplos de la teoría de la relevancia en el texto:

p. 299
-[…] ¿Buenas noticias?
-Blanquita la mira con extrañeza y contesta con una sonrisa forzada.
-Nada importante. Son ochenta y cinco pesetas.

En este caso la sonrisa de Blanquita es dirigida a comunicare que todo se pasa bien y no hay ningún problema, o mejor dicho, a ocultar que hay un problema.

p. 300
Inés la coge del brazo y la va llevando hacia la puerta.

Inés está comunicando a Encarnacion que tiene que irse.

p. 303
Blanca no dice nada, apoya su brazo en el hombro de Inés y caminan un rato en silencio.

En este momento Blanca quiere comunicar a su amiga que puede tener confianza en ella y que está dispuesta a escucharla.

p. 309
Inés niega con la cabeza. Coge a Blanquita del brazo y la obliga a pararse y a mirarla.

p. 310
Blanquita la coge del brazo e Inés se desease con brusquedad.

Inés quiere comunicar que es muy seria y enfadada hacia Blanquita.

p. 310
Inés se inclina para ver los pies de Blanca y se incorpora apretándose la nariz.

Aquí Inés quiere comunicar que percibe un olor malo de las zapatillas de Blanca.

p. 317
Inés se aparta y la mira con los brazos en jarras.
-¿No puedes decir simplemente “eres una amiga excelente”?
Blanquita se pone también con los brazos en jarras.
-¡Eres una amiga excelente!

Esta ostensión quiere comunicar en forma de broma a Blanquita que deje de hacer sus comentarios y diga a Inés simplemente que es una buena amiga.